Pese a las diferencias sobre el “global” de la economía de cada
uno de estos dos países, veamos y reflexionemos sobre estas otras.
Hoy están circulando por la red estos mensajes:
Uno.-
Austeridad a la francesa: Los ministros de Hollande
rebajan su sueldo un 30%. Todo el Ejecutivo francés ha firmado una "carta
de deontología": se rebajan el sueldo y aceptan reglas contra privilegios
y nepotismo. Además, ha reducido la edad de jubilación a 60 años (al contrario
que España).
Primer Consejo de ministros para el presidente François Hollande
Primera medida muy simbólica para el nuevo Gobierno francés: todos sus
miembros, elegidos por el primer ministro Jean-Marc Ayrault, han firmado este
jueves una "carta de deontología" en la que han consentido una rebaja de su
sueldo de un 30%. A partir de ahora, la remuneración del presidente François
Hollande como la del primer ministro pasan de 21.300 euros brutos al mes a
14.910 euros. Todos los ministros, que ganaban 14.200 euros brutos, tendrán
que 'conformarse' con 9.940 euros al mes.
Primer Consejo de ministros para el presidente François Hollande
Primera medida muy simbólica para el nuevo Gobierno francés: todos sus
miembros, elegidos por el primer ministro Jean-Marc Ayrault, han firmado este
jueves una "carta de deontología" en la que han consentido una rebaja de su
sueldo de un 30%. A partir de ahora, la remuneración del presidente François
Hollande como la del primer ministro pasan de 21.300 euros brutos al mes a
14.910 euros. Todos los ministros, que ganaban 14.200 euros brutos, tendrán
que 'conformarse' con 9.940 euros al mes.
No sólo es la primera
decisión del Gobierno galo, sino también una promesa que
cumple François Hollande, que se comprometió en crear un Estado imparcial. "Es
cuestión de ejemplaridad" dijo el nuevo primer ministro este miércoles en la
televisión francesa. La carta de deontología, que cada ministro ha tenido que
firmar al final del primer Consejo de ministros, define reglas de trabajo muy
estrictas desde el interés económico o el nepotismo hasta incluso la forma de
desplazarse.
cumple François Hollande, que se comprometió en crear un Estado imparcial. "Es
cuestión de ejemplaridad" dijo el nuevo primer ministro este miércoles en la
televisión francesa. La carta de deontología, que cada ministro ha tenido que
firmar al final del primer Consejo de ministros, define reglas de trabajo muy
estrictas desde el interés económico o el nepotismo hasta incluso la forma de
desplazarse.
Ninguna intervención a favor
de un familiar o cercano.
Preparado durante la campaña por el equipo de Hollande, el documento, que
revela el diario Le Monde, impone condiciones estrictas de trabajo para los
ministros.
Preparado durante la campaña por el equipo de Hollande, el documento, que
revela el diario Le Monde, impone condiciones estrictas de trabajo para los
ministros.
Ningún regalo de
más de 150 euros, ninguna invitación privada para
ellos son los primeros requisitos. Igualmente, cada miembro del Gobierno se
compromete a hacer una declaración de intereses para prevenir "cualquier
sospecha de interés privado". En este sentido, tendrán que renunciar a
cualquier participación en un organismo cuya actividad interesa su ministerio
y, sobre todo, "se abstendrán absolutamente de cualquier intervención en
relación a la situación de un familiar o de un cercano."
En conclusión, el documento recuerda a los ministros que deben renunciar a los
mandatos ejecutivos locales que tienen y que "sólo los gastos directamente
relacionados al ejercicio de sus funciones serán cargados al Estado". La
carta también impone que los desplazamientos de menos de tres horas tendrán que efectuarse en tren y que, excepto caso particular, los ministros
efectuarán "sus desplazamientos en coche con discreción y respetando las normas
de tráfico."
Y aún hay más...
HAZ QUE CIRCULE ESTE MENSAJE, QUE LLEGUE A NUESTROS POLÍTICOS DE TODOS LOS PARTIDOS, A VER SI SE LES CAE LA CARA DE VERGÜENZA.
ellos son los primeros requisitos. Igualmente, cada miembro del Gobierno se
compromete a hacer una declaración de intereses para prevenir "cualquier
sospecha de interés privado". En este sentido, tendrán que renunciar a
cualquier participación en un organismo cuya actividad interesa su ministerio
y, sobre todo, "se abstendrán absolutamente de cualquier intervención en
relación a la situación de un familiar o de un cercano."
En conclusión, el documento recuerda a los ministros que deben renunciar a los
mandatos ejecutivos locales que tienen y que "sólo los gastos directamente
relacionados al ejercicio de sus funciones serán cargados al Estado". La
carta también impone que los desplazamientos de menos de tres horas tendrán que efectuarse en tren y que, excepto caso particular, los ministros
efectuarán "sus desplazamientos en coche con discreción y respetando las normas
de tráfico."
Y aún hay más...
HAZ QUE CIRCULE ESTE MENSAJE, QUE LLEGUE A NUESTROS POLÍTICOS DE TODOS LOS PARTIDOS, A VER SI SE LES CAE LA CARA DE VERGÜENZA.
Dos.- El texto que defenderá Moscovici en el Parlamento
incluye la subida del impuesto de sociedades y de las opciones sobre
acciones, pero también la reducción del 30% en los salarios del presidente y el
primer ministro. En las últimas horas, un diputado socialista ha propuesto
además gravar los beneficios de las tabaqueras, pero no está claro si
esta medida se aprobará o no. La tasa del 75% sobre las rentas mayores de un millón de euros está programada para
el otoño. Moscovici ha afirmado hoy que es un "impuesto patriótico",
pero no "punitivo".
Estas son las medidas
fundamentales y su valoración en euros:
— Los socialistas
suprimen la bajada de las cotizaciones sociales a patronos y empleados,
aunque para compensar esa carencia de ingresos se subirá dos puntos el impuesto
de patrimonio (lo que permitirá recaudar 800 millones más en 2012 y 2.600
millones en 2013).
— Contribución
temporal, para este año, del impuesto a las grandes fortunas (2.300
millones de euros).
— Se elimina
la desgravación de las cargas sociales en las horas extras, salvo en las
empresas de menos de 20 empleados, donde se mantienen las ventajas para el
empresario (980 millones en 2012 y 3.000 millones desde 2013). Otra enmienda
propone suprimir la exoneración fiscal, lo que supondría 1.500 millones, pero
su presentación es incierta.
— Se gravan
las sucesiones y donaciones de 100.000 euros en adelante (antes el mínimo imponible
era de 159.325 euros). Supondrá 140 millones de euros en 2012, 1.220 millones
en 2013 y 1.430 millones desde 2014.
— Baja un 30%
los sueldos del presidente y el primer ministro: de 21.300 euros brutos al
mes a 14.910.
— Suben las tasas
inmobiliarias a los no residentes (50 millones en 2012, 250 millones desde
2013).
— Reducción de
las exenciones a los patronos sobre el ahorro salarial: sube al 20% contra el
8% precedente (550 millones en 2012 y 2.300 millones en 2013).
— Subida de
impuestos a las opciones sobre acciones y a las acciones gratuitas: para
las empresas del 14% al 30%; para los beneficiarios, del 8% al 10% (320
millones cada año).
— Contribución
excepcional del 4% sobre el valor de los stocks de productos petroleros
depositados en los últimos tres meses de 2011 (550 millones de euros).
— Aumento
excepcional de un 5% a las empresas que facturen más de 250 millones al año,
sin posibilidad de diferir pago (800 millones en 2012).
— Regreso del
IVA reducido del 5,5% a los libros y los espectáculos, que había pasado al
7% en abril.
— Se suprime la
exención de los gastos escolares a los franceses que viven fuera del país.
— Impuesto del
3% a los dividendos empresariales distribuidos.
— Se duplica
la tasa sobre las transacciones financieras hasta el 0,2% desde 1 de agosto
(170 millones en 2012 y 500 millones desde 2013).
— Impuesto
excepcional para los bancos por un montante idéntico al del índice del riesgo
sistémico. Permitirá recaudar 550 millones extras este año. Una enmienda
propone doblar la tasa del 0,25% al 0,5% en 2013.
HAZ
QUE CIRCULE TAMBIÉN ESTE OTRO, QUE LLEGUE A NUESTROS POLÍTICOS DE TODOS LOS
PARTIDOS, A VER SI SE LES CAE LA CARA CON MÁS VERGÜENZA TODAVÍA.
Tres.- Rajoy sabe que
España no está intervenida
Director
gerente, Fundación Alternativas
España
no está intervenida por la Unión Europea. Si lo estuviera, tendrían sentido las
afirmaciones del presidente Rajoy y del ministro Montoro responsabilizando a Bruselas de las medidas aprobadas por
el Gobierno para reducir el déficit del Estado. Pero no es el caso y, mal
que le pese, el Ejecutivo tiene que asumir su propia y exclusiva
responsabilidad en la orientación de las mismas y dejarse de echar las culpas
al maestro armero o al empedrado comunitario.
Nuestro
país ha recibido la solidaridad europea en forma de un rescate parcial para
salvar a algunos bancos en dificultades a través de un préstamo a un interés
que no llega a la mitad del que pagaría en el mercado y con un largo plazo de
devolución: 15 años. Para ello, ha suscrito con la UE un contrato de más de treinta puntos en el que no
figura ni una sola de las decisiones del Gobierno: subida del IVA, supresión de
la paga de Navidad a los funcionarios, reducción del subsidio de desempleo, etc.
Es
más, se ha alargado en un año el límite temporal para el cumplimiento de los
compromisos de rebaja de los números rojos del Estado que el Ejecutivo había
adquirido ante Bruselas en el marco del procedimiento por déficit excesivo
abierto por la Comisión Europea a España. Es decir, a la vista de la situación
se han dado facilidades adicionales a nuestro país, sin olvidar, por supuesto,
que la futura aplicación de los acuerdos del reciente Consejo Europeo acabará
también por beneficiarnos directa e indirectamente.
No
somos ni Grecia ni Irlanda ni Portugal. Así que el Gobierno sigue
contando con todo su poder constitucional para tomar las decisiones que
considere oportunas, más aún cuando cuenta con una amplia mayoría absoluta
en las Cortes. La UE exige, porque así se ha pactado con Madrid y de
acuerdo con los Tratados que están en vigor, que se alcance una cifra
determinada de déficit. Pero no está entre sus competencias decir cómo. En
todo caso, podrá hacer recomendaciones sobre el camino de seguir que no pasan
de ser eso, recomendaciones.
Por
ejemplo, si en vez de recortar los ingresos a funcionarios y
desempleados el Gobierno hubiera decidido instaurar un impuesto sobre las
grandes fortunas para recaudar más, no duden de que la UE no se habría opuesto;
tampoco lo habría hecho si en lugar de aumentar exponencialmente el IVA
-que es el impuesto regresivo por excelencia y el más dañino para el consumo-
se hubiera planteado una modificación del IRPF para hacerlo más progresivo y
que pagaran más los que más tienen; tampoco hubiéramos oído protestar a la
Comisión Europea, al Ecofin o al Eurogrupo si, más que reducir las partidas
en dependencia, se hubieran disminuido los gastos suntuarios, protocolarios
y de representación, que siguen siendo tan numerosos como inútiles (y
deberían publicarse para general conocimiento).
Esa
es la realidad. No estamos intervenidos por la UE y no se le dicta al Gobierno
desde Bruselas lo que debe hacer en concreto para llegar a la meta fijada
respecto al déficit.
Pero
la táctica del Gobierno sigue siendo penosa. Primero se negó a llamar a las
cosas por su nombre: rescate; luego trató de presentarlo como si fuéramos a
recibir duros (o euros, mejor dicho) por pesetas; más tarde, al hilo de la
Eurocopa, vistió las conclusiones del último Consejo Europeo como si fueran el
bálsamo de Fierabrás y supusieran una victoria nacional sobre Alemania,
provocando el lógico enfado de Berlín y otras capitales.
Todo
con tal de despistar a la opinión pública. Cuando, a
pesar de tantas batallas ganadas heroicamente, el alza imparable de la prima de
riesgo y el hundimiento de la bolsa se encargaron de mostrar crudamente la
realidad y no tuvo más remedio que aprobar un durísimo plan de ajuste, el
Gobierno optó por echar las culpas a Europa: "Es la UE quien nos obligar a
hacer todo esto porque no tenemos margen de maniobra".
No
es verdad.
Ese margen existe y la cuestión es qué opción elige libremente el
Gobierno para alcanzar los objetivos: la austeridad basada en golpear a los
sectores sociales más débiles y erosionados por la recesión o el crecimiento a
partir de recursos obtenidos de los que más tienen y menos sufren la crisis.
La
buena noticia, en fin, es que no estamos intervenidos. La mala, que con tal de
salvar su propia y exclusiva responsabilidad, el Gobierno ha decidido poner en
cuestión el europeísmo de la ciudadanía española echando la culpa de los
recortes a quien no la tiene y, encima, nos ayuda con un préstamo barato y a
largo plazo de devolución.
Por
supuesto, la mayoría política que hoy gobierna la UE tiene sus propias
responsabilidades en esta crisis global (comenzando por el
empecinamiento en la austeridad y terminando por la actitud suicida del BCE al
no comprar masivamente deuda pública de los países de la Eurozona), pero no
incluyen ni las opciones ni los errores de Rajoy. Ya tiene bastante con las
suyas.
Y
ESTE OTRO MENSAJE,HAZ QUE CIRCULE TAMBIÉN, QUE LLEGUE A RAJOY, AL GOBIERNO Y
LAS ORGANIZACIONES QUE LO SOSTIENEN.
Cuatro.-
Y no olvides
que en España entregamos dinero, de los Presupuestos Generales del
Estado, que en Francia no, a:
Iglesia
Católica (único país del mundo) 15.000 millones de Euros.
Cuatro.-
Y no olvides
que en España entregamos dinero, de los Presupuestos Generales del
Estado, que en Francia no, a:
Iglesia
Católica (único país del mundo) 15.000 millones de Euros.
CEOE. Confederación Española de Organizaciones Empresariales. 600 millones de Euros (en números redondos), el triple que a las organizaciones sindicales, y el único país de Europa que se mueve en esas cifras.
Fundación Francisco Franco. Supera la decena de millones de Euros.
Fundación FAES (la fundación presidida por J M Aznar que trata de integrar la filosofía neoliberal con la de la derecha extrema como modelo social) con varias decenas de millones de Euros.
PODRIAMOS SEGUIR,
PERO ES SUFICIENTE PARA MARCAR TRISTEMENTE NUESTRAS DIFERENCIAS. HAZ TAMBIÉN
QUE CIRCULE.
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