LA AMENAZA (11)
LA AMENAZA
The Threat – Revealing the Secret Alien
Agenda
Por
Dr. David
Jacobs
Síntesis y traducción de Tavo Jiménez
BIOLOGÍA
ALIENÍGENA
Los reportes de los abducidos sugieren
que los aliens carecen de boca, dientes, esófago, tracto digestivo, estómago,
incluso orificios para eliminar residuos. Ningún abducido ha afirmado haberlos
visto comiendo. Cuando la abducida Lynne Miller directamente preguntó a los
alienígenas qué comían, tras una pausa, uno de ellos respondió: ‘No necesitamos
consumir de la sustancia que vosotros sí necesitáis’.
Jacobs:
‘Hasta ahora, cómo los
aliens obtienen ‘combustible’ ha sido un misterio. En mi temprana investigación
aparecía que la biología alienígena era diferente de la biología humana, pero
asumiendo que no había signo alguno de ingesta de alimentos, fácilmente podría
pensarse que esas entidades eran similares a robots, dependientes de una fuerza
energética interna. Una de las experiencias de abducción de Allison Reed me dio
la clave a este enigma.’
El Dr. Jacobs narra los
entresijos de la experiencia de abducción de Allison Reed, que duró cuatro días
y medio. En ella, la abducida fue conducida por un híbrido (mitad humano, mitad
alien) a reunirse con su acompañante, un hombre que la acompañaba desde el
comienzo de la abducción. El híbrido –equivocadamente- llevó a Allison a una
estancia que, aparentemente, estaba en zona prohibida (para abducidos). Era una
gran sala circular con techo abovedado. Alllison observó aproximadamente
cuarenta depósitos llenos de líquido, dispuestos en forma de herradura alrededor
de la estancia circular. Ella escuchó un zumbido y observó una luz amarillenta
que manaba –procedente del techo- hacia el centro de la
sala.
Durante la sesión de
hipnosis regresiva con Allison, ésta le describió a Jacobs lo que allí ocurrió,
que viene a ser una suerte de alimentación o toma de combustible líquido
mediante absorción cutánea. Y Jacobs añade: ‘La teoría de la absorción está
apoyada por las informaciones que tenemos sobre fetos que flotan contenidos en
depósitos llenos de líquido, a modo de incubadoras. Muchos fetos no tienen
cordones umbilicales, lo que sugiere que éstos (los fetos) no reciben alimento
de una placenta. Un alienígena le hizo saber a Diane Henderson, una abducida de
Illinois, que los fetos permanecían en líquido para alimentarlos, y que el
líquido era nutritivo. La misma explicación le fue dada a Pam Martin (otra
abducida). Un alien la condujo a una sala de incubación, y le explicó la función
del líquido ambiental en el cual los fetos flotaban, afirmando que éstos tomaban
todo lo necesario del líquido’.
Jacobs nos cuenta el caso de
Susan Steiner, una abducida que fue llevada a una sala guardería donde se le
presentó un alienígena con un bebé en brazos. Lo primero que el alien hizo fue
procurar que el bebé tuviese contacto con la piel de Steiner, frotando la cabeza
y abdomen del bebé con ella. Luego, los alienígenas deseaban que ella alimentase
al bebé, a lo que ella se opuso. Puesto que no pudieron forzarla a ello,
trajeron un bol con líquido marrón y una ‘brocha’ para que ella cubriera al bebé
con aquel líquido. Preguntados sobre el propósito de esto, le respondieron que
se trataba de ‘alimentarlo’.
Así pues, comoquiera que
sean los específicos procesos biológicos de los alienígenas, lo que sabemos es
que obtienen ‘combustible’ –procedente de los humanos- de diferentes formas, y
que su piel tiene una función excepcional. Pero estos son meros indicios sobre
la biología alienígena, puesto que la razón de nuestra ignorancia reside,
precisamente, en que ellos no desean que sepamos más. Han implementado una
política de secretismo que, con éxito, nos previene de comprenderlos y conocer
sus intenciones. El secreto es la piedra angular sobre la que se levanta todo el
fenómeno de las abducciones. El éxito de la agenda alienígena depende de
ello.
LA
RAZÓN POR LA QUE SE OCULTAN
Jacobs:
‘¿Por qué los ovnis no toman
tierra enfrente de La Casa Blanca? ¿Por qué no toman los alienígenas la
iniciativa y solicitan reunirse con nuestros líderes? ¿Por qué no promueven un
contacto formal? Estas preguntas han sido planteadas por la gente durante años,
y merecen una atenta consideración. Aunque estas cuestiones son problemáticas en
sí mismas porque están basadas en la asunción de que los alienígenas quieren
darse a conocer, establecer contacto con los humanos, y hablar con nuestros
líderes. Estas premisas son incorrectas. La evidencia que rodea a los ovnis y al
fenómeno de la abducción sólidamente nos señala que no pretenden revelarse ante
los humanos, sino que mantienen una estrategia de
ocultación’.
‘¿Por qué querrían los aliens mantener el
asunto ovni y el fenómeno de las abducciones en secreto? El secreto les
beneficia a ellos y desconcierta a los humanos. Oculta los hechos y abastece,
infinitamente, las especulaciones. El secreto es responsable del prolongado y
hostil debate entre quienes sostienen la realidad del fenómeno de las
abducciones y quienes lo desacreditan. El secreto tiene, también, una poderosa y
negativa influencia sobre los abducidos. Les causa a ellos (y al público que los
escucha), el cuestionamiento de su sanidad mental. Sin secretismo, no existiría
controversia sobre los ovnis ni sobre el fenómeno de las
abducciones.’
‘Últimamente, los avistamientos ovni no
compromete el secretismo. Es imposible basar el análisis de las motivaciones y
objetivos alienígenas sobre los avistamientos de ovnis y, ocasionalmente, de sus
ocupantes. Debemos concluir, entonces, que los alienígenas marcan, activamente,
los términos sobre los cuales nosotros podemos estudiarlos. Han elegido no
aterrizar junto a La Casa Blanca. Han elegido no hacer contacto. En los años
sesenta del siglo XX, el gran investigador francés Aime Michel brevemente lo
etiquetó como “El Problema del No Contacto”.’
Seguidamente, el Dr. Jacobs
se propone hacer un recorrido sobre las interpretaciones que el fenómeno ha
tenido durante las diferentes fases históricas que, desde los años cuarenta del
siglo XX, nos han traído hasta aquí.
Las
hipótesis tempranas (1940-1960)
Jacobs:
‘Un avistamiento, cualquier
avistamiento, parecería ser inconsistente con una política de ocultación (por
parte de los aliens). Si los tecnológicamente superiores alienígenas desean
mantener su secretismo, se podría argumentar que ellos habrían de evitar ser
vistos por testigos. Pero a finales de los años cuarenta, los investigadores
luchan con el puzzle del porqué los ovnis no hacen un contacto formal. Los
investigadores sugieren diversas hipótesis sobre el No Contacto. Las primeras
teorías apuntan a que la motivación del No Contacto reside en la hostilidad
humana, la no interferencia por razones éticas, o en que vienen en misión de
reconocimiento. Se incluyen varias combinaciones de los mismos
supuestos.
La teoría de los ‘humanos
hostiles’ sugiere que los ovnis se mantienen en la clandestinidad porque temen
la agresión de nuestro mundo. Esta hipótesis estuvo muy de moda cuando EEUU
participaba en los escenarios bélicos de la Segunda Guerra Mundial, Corea, la
Guerra Fría, y fue influida por las –entonces muy corrientes- ideas
antropológicas de que el hombre era innatamente agresivo, un animal belicoso. La
primera reacción a una visita extraterrestre, al menos a niveles
institucionales, sería el uso de fuerzas militares para controlar o destruir a
los ovnis. De ese modo, se entendía que los ovnis mantenían las distancias
debido a que eran presumiblemente pacíficos, especie que evitaba el conflicto.
Como el analista de las Fuerzas Aéreas norteamericanas James Lipp sugirió en
1949: “Es difícil creer que una raza tecnológicamente avanzada venga hasta aquí,
exhiba sus habilidades de forma misteriosa y, luego, simplemente se marche”.
Lipp sugiere que “la aparente falta de un propósito, en sus diversos episodios,
es también desconcertante. Sólo puede achacárseles un motivo: que los hombres
del espacio sienten que nuestras defensas están ‘fuera de lugar’, sin esperar a
ser beligerantes”.
Jacobs
prosigue:
‘Esta teoría tuvo su
expresión popular en 1951, en la película “The Day the Earthj Stood Still”
(‘Ultimátum a la Tierra’), en la que un ovni toma tierra cerca de La Casa
Blanca, y los militares, armados y con tanques, inmediatamente lo rodea. Un
soldado dispara y hiere a un extraterrestre salido del ovni. Cuando el
alienígena escapa, éste completa su misión en la Tierra, sólo viviendo de
incógnito entre los humanos. Así, evitar un contacto público era visto como una
reacción preventiva a la inherente hostilidad
humana.’
Jacobs menciona a uno de los
pioneros en la investigación ovni, Donald Keyhole (autor de ‘Flying saucers are
real’, 1950), quien defendió que ‘la Tierra había estado bajo una periódica
observación desde otro planeta o planetas, desde, al menos, los últimos dos
siglos’. Dicha observación, a juicio de Keyhole, respondía a un amplio plan de
inspección, sin signos de contacto inminente. Plan que proseguiría hasta que su
observación de nuestra especie se hubiese
completado.
Sobre la base sugerida por
Keyhole, el investigador canadiense Wilbert Smith especuló en 1953 que los
extraterrestres, tras observar nuestra belicosa civilización, decidirán
dejarnos, por ser demasiado primitivos y no alcanzar el estándar mínimo exigido.
Otros investigadores opinaban igual, considerando a los alienígenas como una
suerte de antropólogos que practican una política de no interferencia. Según esa
teoría, los aliens tendrían una responsabilidad moral hacia nosotros, tratando
de protegernos de las consecuencias de un contacto tan desigual.
Aime Michel combinó, en
1956, la hipótesis de humanos hostiles y la consecuente no intervención
alienígena, cuando sugirió que los ocupantes de los ovnis no entraban en
contacto por evitarse el peligro. Pero Michel añade que también habría razones
‘egoístas’ por parte de los alienígenas, dado que de mostrarse abiertamente las
distancias entre ellos y nosotros podrían verse reducidas, perdiendo ellos su
superioridad. ‘¿Usaríamos nosotros el conocimiento con la misma prudencia con
que ellos lo han usado?’, se preguntó Michel.
Posteriormente, Aime Michel
sugirió que los alienígenas habrían evitado el contacto para no causar estragos
en la vida e instituciones humanas. Y los aliens nos suplantarían en la lucha
darwiniana del que mejor se adapta. Y añade que el contacto podría, de algún
modo, tener lugar sin nuestro conocimiento, porque los aliens son tan superiores
y clandestinos que seríamos incapaces de detectar su actividad o analizar sus
motivos.
En la década de los
cincuenta, un nuevo elemento se introdujo en el debate sobre el No Contacto;
aparecieron personas que alegaban estar en constante contacto con amistosos
‘hermanos del espacio’. Unos y otros se encontraban en restaurantes, paradas de
autobús y áreas deshabitadas. Aunque los investigadores rápidamente expusieron a
los contactados humanos como meros fraudes, las masas se creyeron el
cuento.
En los años sesenta, la
hipótesis de los humanos hostiles fue abandonándose, aunque la hipótesis de que
los aliens venían en plan de reconocimiento se
mantuvo.
Entretanto, miles de
personas seguían observando avistamientos ovni; los investigadores recogieron
miles de reportes de todo tipo de avistamientos, incluido aterrizajes de naves.
Se incrementó, incluso, el número de reportes sobre ocupantes de ovnis, en los
que los testigos veían a los aliens dentro o cerca del ovni. El caso de Barnie y
Betty Hill, a comienzos de los sesenta, alimentó el argumento de que se el
contacto se estaba llevando de forma encubierta.
¿Significaba esto que los
alienígenas estaban mostrándose en un propósito? ¿Cuál era ese
propósito?
Las
hipótesis posteriores (1970-1990)
Ya en la década de los
setenta, algunos investigadores comenzaron a teorizar que los ovnis estaban
revelándose a sí mismos, lentamente, de forma que los humanos pudieran
aclimatarse a la idea de la presencia alienígena. Supuestamente, una revelación
brusca y repentina de su existencia afectaría enormemente a todas las
instituciones humanas. Miedo, depresión. Aumentarían los suicidios, se
produciría una desintegración institucional, habría crisis gubernamental, y
otras formas de catástrofe podrían sobrevenir, conduciendo al caos y la
anarquía. Así que los aliens no querrían impactar brutalmente a la sociedad
humana mostrándose abruptamente.
Por tanto, los aliens habrían permitido a los humanos observar los ovnis
como una especie de amortiguador social, aceptándolos gradualmente.
Los investigadores (Jacques Vallée entre ellos) teorizaban que los avistamientos
nos permitían lograr una forma más elevada de conciencia sobre los aliens, de
una forma controlada (por los aliens) que se parecería mucho a la acción de un
termostato, controlando (siempre ellos, los aliens) la
temperatura.
Parte
del diseño alienígena fue permitir la asociación entre el ovni –como objeto
extraterrestre- y el escenario espacial; asociación que se introdujo en la
cultura popular. De ese modo, los investigadores
teorizaron que los aliens jugaban con nosotros como titiriteros, por nuestro
propio bien, mientras cuidadosamente supervisaban el conocimiento que, sobre
ellos, obteníamos.
Jacobs nos
dice.
‘El investigador Jacques
Vallée expuso una versión de su teoría en ‘The Invisible College’ (1975). Las
aleatorias apariciones de ovnis, y las oleadas de avistamientos tomaron
importancia para Vallée. Esas manifestaciones de ovnis serían parte de un
Sistema de Control diseñado por los alienígenas para “estimular la relación
existente entre las necesidades de la conciencia humana y las complejidades que
nos rodean, las cuales han de ser comprendidas por ella”. Esto conduciría a lo
que Vallé llamó “un nuevo comportamiento cósmico”.
Para Vallée, el fenómeno
ovni residía en algún lugar entre el los mundos físico y psíquico. Y estaba
enlazado a la conciencia del hombre, llamado a condicionar a la humanidad a fin
de que ésta cambiase su observación del mundo y, presumiblemente, la posición
del hombre dentro del universo. Así, los ovnis eran parte de un régimen de
condicionamiento hacia los humanos, aunque Vallée era poco preciso acerca de los
objetivos de dicho condicionamiento.’
El progresivo aumento de
avistamiento de ocupantes de ovnis a finales de los años setenta y comienzos de
los ochenta, dio peso a la hipótesis de que los entes provenían de ‘reinos
psíquicos’, inmateriales, en lugar de proceder del espacio. Los alienígenas se
mostraban de forma incomprensible para nuestra lógica; eludían el contacto,
suspendían la comunicación, parecía que inspeccionaban a los humanos -a quienes
paralizaban-, para luego meterse en su nave y desaparecer en vuelo. Los testigos
hablan de ovnis que descienden sobre coches en marcha, ‘paseando’ a su lado en
las carreteras, o persiguiéndolos. Otros testigos describen objetos que se han
materializado enfrente de ellos, para luego desaparecer sin que se les haya
visto, siquiera, volar.
El investigador y astrónomo
J. Allen Hynek luchó con el problema del No Contacto y el aparentemente absurdo
comportamiento de los ovnis. Cuando los ovnis empezaron a acercarse a coches y
aviones, asustando a las personas, sin mostrar señales de buena voluntad, todo
parecía ilógico. ¿Por qué los ovnis y sus ocupantes mostrarían un comportamiento
tan bizarro?
Hynek especuló que los ovnis
procedían de un universo paralelo, u otra dimensión. En cualquier caso, la
facilidad con la que se muestran entre nosotros nos sugiere que los ovnis pueden
hacer lo que deseen sin necesidad de llevar a cabo un contacto
formal.
El biólogo e investigador
Frank Salisbury resumió esas actitudes en 1974, cuando afirmó que ‘los
extraterrestres podrían, simplemente, tener sus motivos para no desear un
contacto formal, y… nosotros, en este estadio de nuestro desarrollo, simplemente
no podemos comprender esos motivos’.
Jacobs añade a modo de
colofón:
‘Creo que esas anteriores
hipótesis son inadecuadas para explicar el fenómeno ovni. Los investigadores han
basado sus hipótesis sobre el No Contacto en las evidencias circunstanciales.
Además, la mayoría de las teorías han situado el No Contacto dentro de un
contexto que tiene al hombre como centro: los alienígenas pueden temer a los
humanos, o desear ayudarlos. Como Ptolomeo, quien asumió que la Tierra era el
centro del Sistema Solar, la mayoría de los investigadores han asumido que los
aliens vienen a la Tierra porque se han dado cuenta de la importancia y
singularidad de la humanidad. Esto es lo que la tradición judeocristiana
enseña.
En verdad, la mayoría de las
tradicionales teorías de un contacto forman tiene sus raíces en el
antropomorfismo judeocristiano. Esas teorías, generalmente, han asumido que unas
especies alienígenas tendrían un poderoso interés en los complejos procesos de
pensamiento, civilización y tecnología humanos. Los alienígenas nos respetarían
y compartirían con nosotros su conocimiento científico y tecnológico. Y los
humanos se unirían, junto a los aliens, a la comunidad de planetas. Esas
asunciones han estado basadas no en evidencias, sino en ideas y procesos
mentales derivados de la sociedad y cultura en las cuales esos investigadores
vivían.
Continuará con ‘Hipótesis
actuales y abducciones’.
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