LA AMENAZA 7
A lo largo de seis posts he ido traduciendo las
primeras 30 páginas (tres primeros capítulos) de la obra del Dr. David Jacobs.
Hasta el momento, el contenido de La Amenaza se ha
centrado, mayormente, en ir explicando detalladamente las razones por las que el
fenómeno de las abducciones es real, así como los obstáculos que se encuentran
los investigadores a la hora de afrontar adecuadamente este problema. ...
A pesar de lo necesario de toda la interesante
información aportada en estos tres primeros capítulos, mi tiempo para proseguir
con una traducción completa es escaso. Así que he optado por continuar
únicamente con aquellas partes de la obra que, siguiendo donde la había
dejado, aporten una información realmente destacable. Dicho esto,
recuerdo al amable lector que la obra completa (en inglés) se encuentra disponible en descarga
directa.
A partir de aquí, mis comentarios sobre La
Amenaza irán en color azul.
LA AMENAZA
The Threat – Revealing the Secret Alien
Agenda
Por
Dr. David Jacobs
Llegados al capítulo
4 (‘¿Qué hacen ellos?’), el Dr. David Jacob ha concluido con que las abducciones
por parte de alienígenas son un asunto real que afecta a miles de personas. Nos
ha sugerido que el fenómeno, indirectamente, acabará afectando a toda la
humanidad, con consecuencias muy graves. En qué consiste la amenaza alienígena
es lo que se propone contarnos a partir de ahora.
4-¿Qué hacen ellos?
Jacobs comienza
afirmando que todo lo que los alienígenas hacen forma parte de su programa de
abducciones, incluido los detalles aparentemente absurdos de su
actividad.
Añade que los
investigadores, en su primer contacto con el fenómeno, tienden a pensar que las
abducciones tienen como objetivo la investigación sobre los humanos, de un modo
paciente, a largo plazo, recolectando datos. Esta presunción ha conducido a la
idea -generalmente aceptada por la sociedad que ha seguido esas investigaciones-
de que, en tanto que los alienígenas actuaban como observadores e investigadores
del mundo humano, su naturaleza no era hostil.
No obstante, ahora
sabemos que el propósito primordial de las abducciones no es la mera
investigación.
‘La evidencia sugiere que todos los
procedimientos alienígenas sirven a su agenda reproductiva; y el núcleo
de esa agenda reproductiva lo tenemos en su programa de hibridación, mediante el
cual, los aliens toman esperma y óvulos humanos, incuban fetos en cuerpos
humanos en pos de producir híbridos humano-alienígenas, y conducen a los humanos
a –mental y físicamente- interactuar con esos híbridos, con el propósito de su
desarrollo’.
Unidades de Gestación Extrauterina
Un significativo
componente del programa de hibridación consiste en la creación de Unidades de
Gestación Extrauterina (UGE). Cuenta Jacobs que únicamente tras años de
investigación llegó a comprender el motivo y funcionamiento de este
componente.
Durante años, sigue
diciéndonos el autor, las mujeres abducidas habían estado hablándole a los
investigadores acerca de los procedimientos ginecológicos a los que estaban
siendo sometidas durante las abducciones. Algunas describen lo vivido de la
siguiente forma: como si los aliens hubiesen estado maniobrando molestamente
sobre sus órganos reproductivos. Tienen la sensación, estas mujeres, de que los
aliens estaban ‘agrandando’ o creando más espacio en la cavidad uterina o en
alguna parte del área pélvica.
Jacobs menciona el
caso de la abducida Barbara Archer (1988), quien describió su vivencia en
términos de ‘presión interna’ e ‘hinchamiento’ en sus órganos reproductivos.
Lucy Sanders, otra abducida, vivió el mismo procedimiento en varias ocasiones,
el cual lo describe como si a la derecha de su pelvis la estuviesen ‘inflando’,
sintiendo como si aquello la quemara internamente en el área sobre el que
estaban interviniendo.
Otra abducida, Laura
Mills, sentía que la manipulación ginecológica a la que se vio expuesta sirviera
para determinar cuánto espacio tenía en su cavidad uterina. Exactamente igual lo
vivió Belinda Simpson, quien sentía como si aquellos procedimientos se
asemejasen a estar siendo ‘hinchada’, como si estuviese embarazada.
Algunas abducidas han
sugerido que lo que vivieron (aparente introducción de aire en sus zonas
reproductivas) era muy semejante a la laparoscopia
a la que somete una paciente cuando se tienen problemas ginecológicos. Dicho lo
cual, Jacobs sospecha que, en realidad, los alienígenas podrían estar
manipulando el área reproductivo femenino para extraer óvulos. Esta opinión no
la convierte en una conclusión, pues no existe (al menos hasta que escribe La
Amenaza) suficiente información al respecto.
Sí es destacable que
la histerectomía es algo común entre
las abducidas:
‘Durante mis diez años como investigador de las
abducciones he trabajado con un número de mujeres abducidas que han sido
sometidas a histerectomía, o han padecido problemas ginecológicos, como
resultado de sus abducciones. Muchas de estas mujeres me han dicho que el
cirujano que les ha llevado a cabo la histerectomía han comentado que la
posición de sus ovarios ha variado, como si hubiesen sido apretados hacia un
lado, o hundidos hacia las trompas de Falopio. Algunas mujeres informan de
anómalas cicatrices en los ovarios, lo cual es consistente con
la teoría de que, en ocasiones, los alienígenas toman óvulos directamente de los
ovarios.’
Jacobs menciona el
caso concreto de Melissa Bucknell, abducida de 27 años, que en sesiones de
regresión afirmaba haber recibido implantes alienígenas durante sus abducciones.
Una mañana de 1987 se despertó con dolores en el área de sus órganos
reproductivos, tan severos que le impedían sentarse. Fue entonces cuando tuvo la
certeza de que los implantes eran un asunto real. El Dr. Jacobs la llevó
inmediatamente al ginecólogo (Dr. Daniel Treller), quien la examinó de
urgencia.
El examen del Dr.
Treller confirmó que la zona pélvica de Melissa estaba muy sensible, y ordenó
que se le observase con ultrasonidos, técnica que rápidamente detectó una
anomalía. A la derecha del ovario derecho de Melissa aparecía una masa
de alguna clase, pequeña, aparentemente orgánica, que se
suponía no debía estar ahí.
‘El desconcertado equipo de ultrasonidos llamó
al Dr. Treller, quien estaba perplejo. Ninguno de ellos había visto nunca antes
una cosa igual. Pensando en un inusual embarazo ectópico, Dreller ordenó un test de sangre para determinar si
Melissa estaba embarazada. El resultado fue negativo.’
Prosigue el Dr.
Jacobs contándonos el extraño caso de Melissa Bucknell, quien insistía en que
aquella masa anómala junto a su ovario derecho era un implante alien. Melissa
estaba decidida a que no se le extirpara. Más aún, se negó a
cualquier posterior observación por parte del Dr. Treller, aduciendo que no
deseaba que nadie molestara a ‘aquello’, a pesar del dolor físico que le
causaba. No obstante, Jacobs logra convencerla para un nuevo examen, un mes
después del primero, y el resultado fue que la anómala masa había
desaparecido.
Jacobs nos cuenta
otro caso, el de Lydia Goldman, una señora de 60 años que se levanta una mañana
de 1992 con la sensación de que está embarazada. Aquello no sólo era imposible
por la edad, o por el hecho de que la Sra. Goldman no tenía relaciones sexuales,
sino porque se había sometido a una histerectomía completa hacía muchos
años.
No obstante, Lydia
Goldman reconocía aquellos síntomas, pues los recordaba de cuando el embarazo de
sus hijos. Unas semanas después, la parte derecha de bajo abdomen comenzó a
dilatarse ligeramente. Luego, para su horror, Lydia empezó a sentir que algo,
como si fuera un feto, se movía en su interior.
Lydia aceptó acudir
al ginecólogo, a pesar de pensar que estaba perdiendo a lo que fuera que tuviese
en su útero. Unos días antes de la cita comenzó a sentirse mejor, su estómago no
volvió a hincharse, y los síntomas desaparecieron.
‘Cuando Lydia me habló de este episodio, yo
estaba perplejo. Hasta entonces, los investigadores sabíamos que los aliens
tomaban ovarios y esperma humanos, los fertilizaban in Vitro,
añadían material genético alienígena y colocaban el embrión híbrido en
un útero. Presumiblemente, el sujeto debía de tener un útero en el que
implantar el embrión. Sin embargo, yo había sometido a regresión a
muchas mujeres que fueron abducidas cuando estaban en fase postmenopáusica o con
ligadura de trompas, o a las que se les había retirado su útero y ovarios.
Siempre he asumido que los aliens administran procedimientos reproductivos a
estas mujeres, diferentes a los aplicados a las que todavía son
fértiles.’
Lydia y el Dr. Jacobs
decidieron hacer regresión de la noche anterior a la que la abducida se había
despertado con síntomas de embarazo. Ella recordó que estaba dormida en casa de
su hija, en Florida, cuando la abducción tuvo lugar.
Lydia: ‘Ellos (los aliens) sostienen en sus
manos algo como nosotros lo hacemos con los bebés, pero ese algo no es un bebé…
es como una langosta (marina). Apenas puedo imaginarlo. Mis piernas están
levantadas y ellos están insertándome algo… parece redondo y luminoso, diría que
del tamaño de un pomelo… ellos están sosteniendo eso, y tengo la impresión como
si sostuvieran un bebé, algo muy valioso… me lo traen. Es una idea terriblemente
repulsiva… encuentro esto extremadamente repulsivo, sucio. Y me siendo mal, pues
están haciendo que esa cosa sea parte de mí. Siento aquí una terrible
irritación, y repulsión extrema. Se trata de una unidad sólida e independiente.
Hay algo dentro de ella. Tengo la impresión de que se trata de una especie de
envoltorio o envase, y lo han insertado en mí, vaginalmente. Por completo siento
que no quiero eso dentro de mí…’
El relato de Lydia
insiste en la idea de que toda la experiencia le resulta repulsiva. Añade ser
consciente de que lo que fuera que ocurriera durante aquella abducción, ella se
sentía sirviendo a unos propósitos marcados por los alienígenas, que la obligan
a ello.
El Dr. Jacobs
recuerda el testimonio –anterior a éste- de otra abducida postmenopáusica, que
decía sentirse embarazada y advertir que ‘algo’ la golpeaba (desde dentro hacia
fuera) en la zona de bajo vientre.
‘Entonces no supe cómo interpretar aquella
experiencia. Ahora sí. Me di cuenta de que era posible que los aliens estuviesen
haciendo que las mujeres portaran ‘bebés’ incluso cuando éstas no tuviesen ya
útero. En lugar de implantar el embrión en un útero, los aliens podrían estar
insertando una Unidad de Gestación Extrauterina (UGE), un saquito capaz de
incubar un feto sin estar unido al tejido uterino. Los aliens colocan esta UGE
cerca del útero o, tal vez, incluso en el espacio antes ocupado por la matriz, o
detrás de la vejiga o cerca de un ovario.’
La Unidad de
Gestación Extrauterina con la que teoriza Jacobs sería el envase o envoltorio,
del tamaño de un pomelo, mencionado por la abducida Lydia Goldman.
La experiencia vivida
por Lydia, y la información extraída de ella, hizo que el Dr. Jacobs
reconsiderase la situación de Melissa Bucknell, la joven abducida que, tras
grandes dolores se le descubrió una masa anómala junto al ovario derecho. A la
luz de las experiencias investigadas posteriormente por él, la masa anómala (que
había sido interpretada por la abducida como un implante alien) de Melissa
parecía tratarse de una implantación fetal cerca del ovario. Así resultaba
comprensible la inconsciente e instintiva protección de la chica hacia la
extraña masa, propia de una gestante hacia el feto que desarrolla
dentro.
Igualmente cobraba
sentido el testimonio de las abducidas que afirmaban sentir cómo se les
‘inflaba’ con aire en sus órganos reproductores. Este procedimiento podría no
ser sino la preparación del espacio que luego sería ocupado por la Unidad de
Gestación Extrauterina.
‘Las implicaciones de estos casos son
perturbadoras. Cualquiera que fuese el estado de las mujeres (dentro o fuera de
edad reproductiva) abducidas, los alienígenas podían producir ‘bebés’. Los
aliens podían “hospedar” implantes fetales en el útero, así como implantar
Unidades de Gestación Extrauterina (UGE). Adicionalmente, esas UGE podían ayudar
a camuflar el fenómeno: Las UGE no desencadenan la reacción hormonal (gonadotropina) que normalmente se registra en un test de
embarazo.
El extenso uso de mujeres, como
‘hogares’ para bebés híbridos pone de relieve la importancia del Programa de
Hibridación Alienígena. El alcance es enorme. En teoría, los aliens han
producido cientos de miles, si no millones, de vástagos’
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