viernes, 20 de julio de 2012

Tavo Jiménez de Armas ... CONOCER ES PROTEGER (2)

CONOCER ES PROTEGER (2)


LA SOCIEDAD DISGREGADA

Finalicé mi anterior post con la afirmación de que el dogma de fe destruye al hombre, asemejándolo en devastación a una institución religiosa -amante del poder como pocas- con cuartel general en el Vaticano, que se permite el lujo de oponerse –¡en el nombre de Dios!- a la conciencia individual de sus creyentes y de los que no lo son.
Los dogmas de fe son proposiciones, creencias o doctrinas que son admitidas como verdades que no admiten dudas. Se comprenderá que su uso no se reserva exclusivamente al ámbito religioso, sino que nuestra sociedad está, ciertamente, levantada sobre un numeroso conjunto de dogmas de fe. Es posible que uno de los principales sea aquel que afirma que quienes realizan una función pública lo hacen teniendo como objetivo satisfacer los intereses de la ciudadanía. Los hechos afirman lo contrario; diariamente nos levantamos con un nuevo escándalo de caciquismo político, componendas entre partidos e instituciones, uso desmedido de la fuerza policial, etc.
Pues bien, el problema reside (y no estoy descubriendo la pólvora) en que lo que los hechos afirman, desmintiendo que la función pública esté al servicio del interés general del ciudadano, no es nada nuevo. Ninguna sociedad se pudre en el transcurso de una madrugada.

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