lunes, 9 de julio de 2012

Tavo Jiménez de Armas ... LA AMENAZA (7)

LA AMENAZA 7

A lo largo de seis posts he ido traduciendo las primeras 30 páginas (tres primeros capítulos) de la obra del Dr. David Jacobs. Hasta el momento, el contenido de La Amenaza se ha centrado, mayormente, en ir explicando detalladamente las razones por las que el fenómeno de las abducciones es real, así como los obstáculos que se encuentran los investigadores a la hora de afrontar adecuadamente este problema.  ...
A pesar de lo necesario de toda la interesante información aportada en estos tres primeros capítulos, mi tiempo para proseguir con una traducción completa es escaso. Así que he optado por continuar únicamente con aquellas partes de la obra que, siguiendo donde la había dejado, aporten una información realmente destacable. Dicho esto, recuerdo al amable lector que la obra completa (en inglés) se encuentra disponible en descarga directa.
A partir de aquí, mis comentarios sobre La Amenaza irán en color azul.

LA AMENAZA
The Threat – Revealing the Secret Alien Agenda
Por
Dr. David Jacobs

Llegados al capítulo 4 (‘¿Qué hacen ellos?’), el Dr. David Jacob ha concluido con que las abducciones por parte de alienígenas son un asunto real que afecta a miles de personas. Nos ha sugerido que el fenómeno, indirectamente, acabará afectando a toda la humanidad, con consecuencias muy graves. En qué consiste la amenaza alienígena es lo que se propone contarnos a partir de ahora.

4-¿Qué hacen ellos?
Jacobs comienza afirmando que todo lo que los alienígenas hacen forma parte de su programa de abducciones, incluido los detalles aparentemente absurdos de su actividad.
Añade que los investigadores, en su primer contacto con el fenómeno, tienden a pensar que las abducciones tienen como objetivo la investigación sobre los humanos, de un modo paciente, a largo plazo, recolectando datos. Esta presunción ha conducido a la idea -generalmente aceptada por la sociedad que ha seguido esas investigaciones- de que, en tanto que los alienígenas actuaban como observadores e investigadores del mundo humano, su naturaleza no era hostil.
No obstante, ahora sabemos que el propósito primordial de las abducciones no es la mera investigación.

‘La evidencia sugiere que todos los procedimientos alienígenas sirven a su agenda reproductiva; y el núcleo de esa agenda reproductiva lo tenemos en su programa de hibridación, mediante el cual, los aliens toman esperma y óvulos humanos, incuban fetos en cuerpos humanos en pos de producir híbridos humano-alienígenas, y conducen a los humanos a –mental y físicamente- interactuar con esos híbridos, con el propósito de su desarrollo’.

Unidades de Gestación Extrauterina
Un significativo componente del programa de hibridación consiste en la creación de Unidades de Gestación Extrauterina (UGE). Cuenta Jacobs que únicamente tras años de investigación llegó a comprender el motivo y funcionamiento de este componente.
Durante años, sigue diciéndonos el autor, las mujeres abducidas habían estado hablándole a los investigadores acerca de los procedimientos ginecológicos a los que estaban siendo sometidas durante las abducciones. Algunas describen lo vivido de la siguiente forma: como si los aliens hubiesen estado maniobrando molestamente sobre sus órganos reproductivos. Tienen la sensación, estas mujeres, de que los aliens estaban ‘agrandando’ o creando más espacio en la cavidad uterina o en alguna parte del área pélvica.
Jacobs menciona el caso de la abducida Barbara Archer (1988), quien describió su vivencia en términos de ‘presión interna’ e ‘hinchamiento’ en sus órganos reproductivos. Lucy Sanders, otra abducida, vivió el mismo procedimiento en varias ocasiones, el cual lo describe como si a la derecha de su pelvis la estuviesen ‘inflando’, sintiendo como si aquello la quemara internamente en el área sobre el que estaban interviniendo.
Otra abducida, Laura Mills, sentía que la manipulación ginecológica a la que se vio expuesta sirviera para determinar cuánto espacio tenía en su cavidad uterina. Exactamente igual lo vivió Belinda Simpson, quien sentía como si aquellos procedimientos se asemejasen a estar siendo ‘hinchada’, como si estuviese embarazada.
Algunas abducidas han sugerido que lo que vivieron (aparente introducción de aire en sus zonas reproductivas) era muy semejante a la laparoscopia a la que somete una paciente cuando se tienen problemas ginecológicos. Dicho lo cual, Jacobs sospecha que, en realidad, los alienígenas podrían estar manipulando el área reproductivo femenino para extraer óvulos. Esta opinión no la convierte en una conclusión, pues no existe (al menos hasta que escribe La Amenaza) suficiente información al respecto.
Sí es destacable que la histerectomía es algo común entre las abducidas:

‘Durante mis diez años como investigador de las abducciones he trabajado con un número de mujeres abducidas que han sido sometidas a histerectomía, o han padecido problemas ginecológicos, como resultado de sus abducciones. Muchas de estas mujeres me han dicho que el cirujano que les ha llevado a cabo la histerectomía han comentado que la posición de sus ovarios ha variado, como si hubiesen sido apretados hacia un lado, o hundidos hacia las trompas de Falopio. Algunas mujeres informan de anómalas cicatrices en los ovarios, lo cual es consistente con la teoría de que, en ocasiones, los alienígenas toman óvulos directamente de los ovarios.’

Jacobs menciona el caso concreto de Melissa Bucknell, abducida de 27 años, que en sesiones de regresión afirmaba haber recibido implantes alienígenas durante sus abducciones. Una mañana de 1987 se despertó con dolores en el área de sus órganos reproductivos, tan severos que le impedían sentarse. Fue entonces cuando tuvo la certeza de que los implantes eran un asunto real. El Dr. Jacobs la llevó inmediatamente al ginecólogo (Dr. Daniel Treller), quien la examinó de urgencia.
El examen del Dr. Treller confirmó que la zona pélvica de Melissa estaba muy sensible, y ordenó que se le observase con ultrasonidos, técnica que rápidamente detectó una anomalía. A la derecha del ovario derecho de Melissa aparecía una masa de alguna clase, pequeña, aparentemente orgánica, que se suponía no debía estar ahí.

‘El desconcertado equipo de ultrasonidos llamó al Dr. Treller, quien estaba perplejo. Ninguno de ellos había visto nunca antes una cosa igual. Pensando en un inusual embarazo ectópico, Dreller ordenó un test de sangre para determinar si Melissa estaba embarazada. El resultado fue negativo.’

Prosigue el Dr. Jacobs contándonos el extraño caso de Melissa Bucknell, quien insistía en que aquella masa anómala junto a su ovario derecho era un implante alien. Melissa estaba decidida a que no se le extirpara. Más aún, se negó a cualquier posterior observación por parte del Dr. Treller, aduciendo que no deseaba que nadie molestara a ‘aquello’, a pesar del dolor físico que le causaba. No obstante, Jacobs logra convencerla para un nuevo examen, un mes después del primero, y el resultado fue que la anómala masa había desaparecido.
Jacobs nos cuenta otro caso, el de Lydia Goldman, una señora de 60 años que se levanta una mañana de 1992 con la sensación de que está embarazada. Aquello no sólo era imposible por la edad, o por el hecho de que la Sra. Goldman no tenía relaciones sexuales, sino porque se había sometido a una histerectomía completa hacía muchos años.
No obstante, Lydia Goldman reconocía aquellos síntomas, pues los recordaba de cuando el embarazo de sus hijos. Unas semanas después, la parte derecha de bajo abdomen comenzó a dilatarse ligeramente. Luego, para su horror, Lydia empezó a sentir que algo, como si fuera un feto, se movía en su interior.
Lydia aceptó acudir al ginecólogo, a pesar de pensar que estaba perdiendo a lo que fuera que tuviese en su útero. Unos días antes de la cita comenzó a sentirse mejor, su estómago no volvió a hincharse, y los síntomas desaparecieron.

‘Cuando Lydia me habló de este episodio, yo estaba perplejo. Hasta entonces, los investigadores sabíamos que los aliens tomaban ovarios y esperma humanos, los fertilizaban in Vitro, añadían material genético alienígena y colocaban el embrión híbrido en un útero. Presumiblemente, el sujeto debía de tener un útero en el que implantar el embrión. Sin embargo, yo había sometido a regresión a muchas mujeres que fueron abducidas cuando estaban en fase postmenopáusica o con ligadura de trompas, o a las que se les había retirado su útero y ovarios. Siempre he asumido que los aliens administran procedimientos reproductivos a estas mujeres, diferentes a los aplicados a las que todavía son fértiles.’

Lydia y el Dr. Jacobs decidieron hacer regresión de la noche anterior a la que la abducida se había despertado con síntomas de embarazo. Ella recordó que estaba dormida en casa de su hija, en Florida, cuando la abducción tuvo lugar.

Lydia: ‘Ellos (los aliens) sostienen en sus manos algo como nosotros lo hacemos con los bebés, pero ese algo no es un bebé… es como una langosta (marina). Apenas puedo imaginarlo. Mis piernas están levantadas y ellos están insertándome algo… parece redondo y luminoso, diría que del tamaño de un pomelo… ellos están sosteniendo eso, y tengo la impresión como si sostuvieran un bebé, algo muy valioso… me lo traen. Es una idea terriblemente repulsiva… encuentro esto extremadamente repulsivo, sucio. Y me siendo mal, pues están haciendo que esa cosa sea parte de mí. Siento aquí una terrible irritación, y repulsión extrema. Se trata de una unidad sólida e independiente. Hay algo dentro de ella. Tengo la impresión de que se trata de una especie de envoltorio o envase, y lo han insertado en mí, vaginalmente. Por completo siento que no quiero eso dentro de mí…’

El relato de Lydia insiste en la idea de que toda la experiencia le resulta repulsiva. Añade ser consciente de que lo que fuera que ocurriera durante aquella abducción, ella se sentía sirviendo a unos propósitos marcados por los alienígenas, que la obligan a ello.
El Dr. Jacobs recuerda el testimonio –anterior a éste- de otra abducida postmenopáusica, que decía sentirse embarazada y advertir que ‘algo’ la golpeaba (desde dentro hacia fuera) en la zona de bajo vientre.

‘Entonces no supe cómo interpretar aquella experiencia. Ahora sí. Me di cuenta de que era posible que los aliens estuviesen haciendo que las mujeres portaran ‘bebés’ incluso cuando éstas no tuviesen ya útero. En lugar de implantar el embrión en un útero, los aliens podrían estar insertando una Unidad de Gestación Extrauterina (UGE), un saquito capaz de incubar un feto sin estar unido al tejido uterino. Los aliens colocan esta UGE cerca del útero o, tal vez, incluso en el espacio antes ocupado por la matriz, o detrás de la vejiga o cerca de un ovario.’

La Unidad de Gestación Extrauterina con la que teoriza Jacobs sería el envase o envoltorio, del tamaño de un pomelo, mencionado por la abducida Lydia Goldman.
La experiencia vivida por Lydia, y la información extraída de ella, hizo que el Dr. Jacobs reconsiderase la situación de Melissa Bucknell, la joven abducida que, tras grandes dolores se le descubrió una masa anómala junto al ovario derecho. A la luz de las experiencias investigadas posteriormente por él, la masa anómala (que había sido interpretada por la abducida como un implante alien) de Melissa parecía tratarse de una implantación fetal cerca del ovario. Así resultaba comprensible la inconsciente e instintiva protección de la chica hacia la extraña masa, propia de una gestante hacia el feto que desarrolla dentro.
Igualmente cobraba sentido el testimonio de las abducidas que afirmaban sentir cómo se les ‘inflaba’ con aire en sus órganos reproductores. Este procedimiento podría no ser sino la preparación del espacio que luego sería ocupado por la Unidad de Gestación Extrauterina.

‘Las implicaciones de estos casos son perturbadoras. Cualquiera que fuese el estado de las mujeres (dentro o fuera de edad reproductiva) abducidas, los alienígenas podían producir ‘bebés’. Los aliens podían “hospedar” implantes fetales en el útero, así como implantar Unidades de Gestación Extrauterina (UGE). Adicionalmente, esas UGE podían ayudar a camuflar el fenómeno: Las UGE no desencadenan la reacción hormonal (gonadotropina) que normalmente se registra en un test de embarazo.
El extenso uso de mujeres, como ‘hogares’ para bebés híbridos pone de relieve la importancia del Programa de Hibridación Alienígena. El alcance es enorme. En teoría, los aliens han producido cientos de miles, si no millones, de vástagos’

No hay comentarios:

Publicar un comentario