POESÍA DE AMADO NERVO.-
El Athanor de Arbatel, Volumen 1 Núm 2
Juan Sánchez Gallego (Arbatel)
AMADO NERVO ( Méjico 1870 – Montevideo 1919)
Nuestra admiración por este poeta es debida a que tiene
en su haber poesías que nos hablan de temas tan subjetivos como la regla del
Maestro, el miedo a abrirse a lo esotérico, etc, etc. No en vano siguió durante
un tiempo la carrera religiosa. Vean unas pequeñas muestras de lo dicho.
“Eres como un niño, que ante los fuegos artificiales,
asustado de los
primeros cohetes,
se tapa los ojos y
oídos… y no ve las maravillosas
combinaciones de luz que esos cohetes preparaban”
O, esta otra titulada “EL SIGNO”
“No hables a todos de las cosas bellas y
esenciales.
No
arrojes margaritas a los cerdos.
Desciende
al nivel de tu interlocutor, para no
humillarle ni desorientarle.
Se
frívolo con los frívolos… pero de vez en
cuando, como sin querer, como sin pensarlo,
deja caer en su copa, sobre la espuma de su
frivolidad , el pétalo de la rosa del Ensueño.
Si no
repara en él, recógelo, y Vete de su lado,
sonriente siempre, es que para ellos aún no
llega la hora.
Más, si
alguien coge el pétalo, como a
hurtadillas, y lo acaricia, y aspira su blando
aroma, haz en seguida un discreto signo de
inteligencia.
Llévale
después aparte, muéstrale alguna o
algunas de las flores Milagrosas de tu Jardín,
háblale de la Divinidad Invisible que nos
rodea… y dale la Palabra del conjuro el
¡Sésamo Ábrete! De la “Verdadera Libertad”.
En el primer poema nos recrimina el no estar abierto al
YO INTERIOR para recibir el conocimiento, la Luz que nos llegaría de estar abiertos
al conocimiento y a la Intuición, uno de los canales que utiliza el Yo Interno
sin prejuicio en cuanto a lo primero sin cuestionar lo segundo; haciéndole caso
a las “corazonadas”.
En “El Signo”
pone ante el lector mínimamente despabilado la Ley del Maestro, según el axioma
esotérico y ocultista, que dice: y Querer,
Saber, Osar y Callar, siguiendo precisamente esa secuencia. Aquél que ha
llegado a un cierto grado de conocimientos debe sopesar mucho lo que dice, y
mucho más a quién se lo dice: “No echéis perlas
a los cerdos, porque estos pueden revolverse y devoraros” que decía el
Maestro Jesús según Mateo (7 : 6).
Hacemos la
salvedad de que, a éste tiempo, ese axioma está abierto al buen criterio del
Adepto..
El Athanor de Arbatel Volumen 1 Núm 2 Juan Sánchez Gallego (Arbatel)
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