EL DISCURSO PERFECTO de HERMES TRIMEGISTO ¿Relato de los tiempos que vivimos?
Hermes Trismegisto es el nombre griego de un personaje mítico que se asoció a un sincretismo del dios egipcio Dyehuty (Tot en griego) y el dios heleno Hermes, o bien al Abraham bíblico. Hermes Trismegisto significa en griego "Hermes, tres veces grande".
(Extraido de Wikipedia)
Hermes Trismegisto, en un mosaico de la Catedral de Siena.
Este texto es parte del libro sagrado dedicado a Asclepio. El texto griego original (El Discurso Perfecto) existía a principios del s.IV, como lo prueba la inserción en los Papiros mágicos de la plegaria final (Asclepio 41), así como las citas de Lactanio en Divinae Institutiones,
lo traigo al blog porque este texo corto que abajo reproduzco no tiene
desperdicio, en cada frase puedes poner de tu propia cosecha lo que
ahora estamos vivendo en carne propia:
"Se preferirán las tinieblas a la luz, y se preferirá la muerte a la
vida; nadie levantará al cielo su mirada; sino que el hombre piadoso
será tenido por loco, el impío honrado como sabio, el cobarde tomado por
valiente y al hombre de bien se le castigará como a un malhechor. En
cuanto al alma y a las cosas del alma así como a las de la inmortalidad y
al resto de lo que os he dicho, oh Tat, Asclepio y Ammón, no solamente
se pensará que (se trata de) cosas ridículas, sino que incluso serán
objeto de mofa. Es más, creedme sobre este punto, las (personas
espirituales) de esta clase correrán el mayor peligro en cuanto a su
vida; y una nueva ley será establecida. […] (y se) ir(án), (las
divini)dades bien(hechoras), y los ángeles malvados permanecerán con
los...
hombres, siguiendo con ellos para arrastrarlos al mal con total impudicia y a la impiedad, así como a las guerras y al bandidaje, enseñándoles todo lo que es contra natura. En esos días, la tierra ya no tendrá sus cimientos, y no se navegará más por el mar, ni se conocerán las estrellas que (están) en el cielo. Toda voz santa (que exprese) la palabra de Dios deberá callar, y el aire enfermará. Es ésa la vejez del mundo: la impiedad y la deshonra, y el caso omiso a (toda) palabra de bien. Ahora, cuando todos estos acontecimientos tienen lugar, oh Asclepio, entonces el Señor, el Padre y el Dios, el Demiurgo del primer Dios único, comienza por observar lo que se ha producido; y, tras haber opuesto al desorden su designio, que es el bien, extirpa el error, y a la malicia, la suprime: unas veces la sumerge bajo un diluvio de agua, otras la consume en un fuego violento, otras en fin la aplasta bajo guerras y epidemias, hasta devolver (su universo al antiguo estado) … de esta obra. Y tal es el nacimiento del mundo, el restablecimiento de las (cosas) santas y buenas, que se producirá en el transcurso de un movimiento circular del tiempo que jamás ha tenido comienzo, pues la voluntad de Dios no tiene principio, como tampoco su naturaleza, que es su voluntad. En efecto, la naturaleza de Dios, (es) la voluntad, y su voluntad, (es) el bien."
hombres, siguiendo con ellos para arrastrarlos al mal con total impudicia y a la impiedad, así como a las guerras y al bandidaje, enseñándoles todo lo que es contra natura. En esos días, la tierra ya no tendrá sus cimientos, y no se navegará más por el mar, ni se conocerán las estrellas que (están) en el cielo. Toda voz santa (que exprese) la palabra de Dios deberá callar, y el aire enfermará. Es ésa la vejez del mundo: la impiedad y la deshonra, y el caso omiso a (toda) palabra de bien. Ahora, cuando todos estos acontecimientos tienen lugar, oh Asclepio, entonces el Señor, el Padre y el Dios, el Demiurgo del primer Dios único, comienza por observar lo que se ha producido; y, tras haber opuesto al desorden su designio, que es el bien, extirpa el error, y a la malicia, la suprime: unas veces la sumerge bajo un diluvio de agua, otras la consume en un fuego violento, otras en fin la aplasta bajo guerras y epidemias, hasta devolver (su universo al antiguo estado) … de esta obra. Y tal es el nacimiento del mundo, el restablecimiento de las (cosas) santas y buenas, que se producirá en el transcurso de un movimiento circular del tiempo que jamás ha tenido comienzo, pues la voluntad de Dios no tiene principio, como tampoco su naturaleza, que es su voluntad. En efecto, la naturaleza de Dios, (es) la voluntad, y su voluntad, (es) el bien."
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