sábado, 12 de mayo de 2012

El Athanor de Arbatel. EL CONTROL DE LAS PREOCUPACIONES. UNA VISIÓN ESOTÉRICA.


EL CONTROL DE LAS PREOCUPACIONES 
El Athanor de Arbatel (Vol.1 Núm.1 Julio 1998)  
                                                                              Juan Sánchez Gallego

¡No se preocupe! ¿Cuántas veces hemos escuchado este consejo? Unas veces dicho              seriamente y otras cono observación cuando no parece haber otra cosa que decir.
Decirle a una persona que está preocupada que no se preocupe, es simplemente  dar un consejo por falta de algo mejor que decir. La preocupación es una compleja condición mental que penetra más profundamente que lo que puede hacer el uso de una afirmación para hacer que la preocupación pierda su potencia. Estudiosos en el campo psicosomático han llegado a la conclusión de que la preocupación tiene un específico efecto en el cuerpo físico, y esto, mientras que algunos fisiólogos que aún tienen un punto de vista filosófico materialista dicen que no hay relación entre la mente y el cuerpo. Sin embargo, cada vez más autoridades en los campos filosófico y médico creen que la preocupación contribuye a cambios físicos y, aunque esta teoría no es totalmente cierta, sí creemos que todo ser humano ha experimentado en algún momento de su vida la fatiga y desagradables condiciones físicas producida como resultado de la preocupación.
La preocupación es un intento de la mente a enfrentar una situación para la que aparentemente no hay solución inmediata. Si todos los problemas que le surgen al hombre pudieran ser resueltos de la misma forma que se resuelve un problema matemático, no habría preocupaciones. Con esto queremos decir que si hubiera una solución para toda situación que tuviera el hombre que enfrentar, él produciría inmediatamente esa solución sin producirse el estado intermedio entre enfrentar el problema y alcanzar la solución.
La preocupación es una reacción emocional al estado intermedio entre la realización de un problema y su solución. Por supuesto y evidentemente, la manera de evitar la preocupación es el no tener problemas. Si pudiéramos vivir libres de toda restricción, de asuntos de salud personal o de nuestro entorno, estado social o condiciones económicas que enfrentar, nuestra preocupaciones disminuirían en gran medida.
Consideremos algunos puntos que pueden ayudar a aprender cómo controlar en alguna medida las preocupaciones: Si no podemos resolver todos nuestros problemas inmediatamente, debemos al menos aprendamos a enfrentar las cuestiones que se nos presentan y nos causan la preocupación. Por lo tanto el aprender a tratar con nuestros problemas es un paso hacia el control de la preocupación.
Hasta cierto punto puede ser bue3no el consejo del amigo –si de verdad lo es- que nos dice ¡No te preocupe! Y nos da su opinión sincera de cómo él enfrentaría el problema.
Tengamos siempre en cuenta que el problema que parece no tener solución es el que necesita la mayor atención.
Debemos desarrollar nuestro patrón de hábitos para acrecentar la habilidad de no dejar que las  preocupaciones alcancen el punto de causar angustia mental y física, desarrollando así condiciones perjudiciales a nuestra salud.
Hay otros puntos que vale la pena considerar. No trate de convencerse que su problema existe sólo y simplemente en su propia mente. Hace algunos años hubo una escuela de psicología que creía en las afirmaciones, al extremo de que si una persona tenía un problema, todo lo que tenía que hacer era decirse que no había tal problema y éste dejaría de existir ¡pruébelo! La amarga experiencia que tendrá le convencerá de la poca verdad que hay en esa suposición. Vayamos a la causa de3l problema, resolvámosla y este habrá terminado.
Veamos ahora algunos procedimientos para controlar, o al menos paliar las preocupaciones.
Primero: Hay que reconocer francamente que el problema existe y que lo trataremos como una situación real y no como una imaginaria en nuestra mente.
Segundo: No pasemos nuestros problemas a otra/s persona/s. Declarar y creerse que esos problemas son algo achacable a otras personas es equivalente a reconocer que somos incapaces de tomar decisiones y de resolver nuestros propios problemas, y que deseamos que esas otras personas hagan la decisiones por nosotros.
Habitualmente cuando culpamos a otra persona por nuestros problemas estamos simplemente tratando de eliminar nuestra responsabilidad respecto a ellos. Hay veces en que estamos restringidos y en somos definidamente afectados por otras personas y condiciones sobre la cuales no tenemos control, pero normalmente nuestros problemas son parte de nuestra propia experiencia y actuación, por lo que lo mejor es reconocerlo como tal y afrontarlos.
Tercero: Aquí viene bien el dicho castellano “mal de muchos consuelo de tontos”, pues hay en el mundo muchas personas con preocupaciones pero ese hecho no resolverá el o los nuestros ni nos sacará de “nuestra” preocupación. Sí nos ayudará en alguna medida el saber que estas son un rango común de todos los hombres.
Cuarto: Puede hacer bien el descubrir que puede ser bueno el hablar de nuestros problemas y recibir consejos según hemos apuntado ya en este escrito y siempre que nos sintamos incapacitados para tratar la situación de qué se trate y llevarla a una conclusión satisfactoria. Eso sí, es importante buscar el consejo de un experto en el tema de que se trate, aunque ello a veces constituya un sacrificio. Al menos tratemos de obtener consejo de la mejor fuente posible.
Quinto: La quinta consideración es examinar nuestras miras y propósitos en la vida. Si nuestras metas o ambiciones son muy altas, los problemas se multiplicarán. Por supuesto que es bueno que nuestras metas y miras estén por encima de donde actualmente estamos ahora, pero dentro de un alcance razonable y, según no movemos hacia ellas pueden ser ampliadas para seguir a más altas y lejanas metas. No hay razón alguna por la cual no podamos cambiar nuestras metas en la vida “El hombre sabio cambia sus miras frecuentemente”  Se pueden afirmar los principios generales, pero metas específicas deben ser estudiadas una a una.
Sexto: En éste nos referimos a que debemos estudiar detenida y cuidadosamente nuestro plan de vida. Con esto queremos decir, el hacer un plan de actuación diario, incluso por escrito, para no desperdiciar el tiempo y prever preocupaciones. Hagamos un programa en el cual no nos veamos obligado a ir con prisas a todos los quehaceres, que nos deje tiempo también para solaz, relajamiento y paz a solas.
Y…Septimo:  En este punto, como estudiante de esoterismo, diremos que debemos practicar la técnica de concentración; aprendiéndola y practicándola podremos aplicarla a la solución de problemas extrayendo conocimientos de un área de ayuda que no está disponible totalmente en el campo de la ciencia física.
Tengamos muy presente que como entidades físicas no estamos capacitados para tratar y controlar todas las tensiones que envuelven el vivir cotidiano, pero como Almas vivientes podemos hacer que las fuerzas del Cósmico trabajen en cooperación con nuestros esfuerzos. Por lo que sólo os diremos que aprendan a concentrarse bien para encontrar la solución a cada problema. La Concentración es la piedra angular, sin menospreciar todo lo dicho, que mejor nos ayudará a eliminar las preocupaciones al darnos sus soluciones vía Maestro Interior.
                                             El Athanor de Arbatel (Vol.1 Núm.1 Julio 1998)  
                                                                              Juan Sánchez Gallego

No hay comentarios:

Publicar un comentario