martes, 8 de mayo de 2012

LA TIERRA, URANTIA, COMO UNA NAVE DEL TIEMPO, NOS CONDUCE A BUEN PUERTO. Por Guillermo Hernández Barbosa


Clave Maya para la Reflexión nº 49  Con las cuatro últimas Reflexiones Maya, (han de ser 52) Guillermo Hernández Barbosa nos ha hecho un comentario, que si bien es para nosotros en Ituci Siglo XXI, nos ha parecido que tenemos que compartirlo con todos. Irá antecediendo a cada una de esas cuatro últimas Reflexiones. Es así:  Por fin, aquí van las cuatro reflexiones faltantes, sabía que en ellas tenía que poner colofón a las reflexiones con mis propias conclusiones y así lo he logrado. Se que no es lo más didáctico, pero también soy consciente de que estoy tratando con la más completa de todas las ciencias jamás entregada a la Humanidad, que tiene que ver con todo y como si fuera poco, con profundidad matemática coherente. De verdad que he hecho un esfuerzo indecible por resumir, a riesgo de saltarme conceptos de una cosmovisión con verdadero propósito iluminador de la Consciencia. Es tan solo una ofrenda, un aporte discreto al conocimiento de la Gran Obra que los instructores maya nos legaron y un aporte para aquellos que se den el permiso de encontrar.

Nº 49La Tierra, Uramtia,  como una nave del Tiempo, nos conduce a buen puerto: Ella no ha perdido el rumbo, son los humanos enajenados, -los que aturdidos por los embelesos del sistema de control- no despiertan aún de la pesadilla de la historia impostada tal como la conocemos. La Tierra, está a punto de realizar un viraje en su trayectoria evolutiva, punto al cual ha llegado no sin el ingrediente como valor agregado que le ha impreso el colectivo humano como elemento pensante, al que ha amamantado y hasta soportado sus incoherencias últimamente. La tierra ha navegado durante eones, por ciclos de evolución en el océano del Tiempo. Son las Leyes del Tiempo, las que dictaminan cuándo una de sus entidades está a punto de dar inicio a otro ciclo, ante lo cual, es un imponderable abandonar el anterior, aunque en apariencia, queden cosas inconclusas para la mirada de los involucrados; valdría recordar para ello una anécdota en este sentido: cuando los instructores maya en toda América, vieron acercarse el día 1’440.000 de su propia cuenta (830 D.J.) abandonaron sus labores incluyendo las físico-sociales y ordenaron dejar todo tal cual, aún lo no terminado; ellos no podían darse el lujo de perder la apertura de una especial puerta dimensional, que les conduciría de retorno a sus otras realidades. Las líneas de Tiempo son implacables y la tierra ni el tzol escapan a ello. La Voluntad galáctica dictamina que al final de esta cuenta maya intermedia para los humanos en la tierra, cesen las labores de todo tipo, porque el propósito de esta fase ya está cumplido: incorporarle al planeta el pensamiento auto-reflexivo, inscribir a la tierra entre las entidades con Consciencia; la tierra ha tenido memoria de sí, más no consciencia de sí, ahora la tiene, ese era su puerto siguiente y está en él.

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